EL SABIO Y EL LEÓN
Un sabio en su regresó a casa vio a un joven león que había caído en una trampa hecha por el hombre.
El sabio se acercó a prestarle ayuda y el león le dio un fuerte zarpazo, como pudo se vendó la herida, pero la sangre y el dolor ahí estaban. A lo lejos un hombre sólo observaba.
El sabio se acercó nuevamente para ayudar al león y éste con más furia le hirió el otro brazo. Él hombre sabio sangraba profusamente. Nuevamente como pudo se vendó el otro brazo y se dirigió al león para sacarlo de la trampa.
El hombre que observaba a lo lejos no sólo estaba nervioso, sino que no sabía cómo actuar. Él sabio con sus dos brazos vendados se acercó nuevamente al león y esta vez el felino le dio un zarpazo en la cara.
El hombre que miraba la escena no pudo más y corrió al lugar e increpando al sabio le dijo…
-Hombre acaso ¿Está usted demente o no se da cuenta que el león siempre lo atacará hasta matarlo?
El sabio con su cara enrojecida por la sangre le dijo al hombre- Lo que sucede es que la naturaleza del León es atacar y eso no lo puedo cambiar. MI NATURALEZA ES AYUDAR Y ESO TAMPOCO LO PUEDO CAMBIAR.
Hermanos: No soy un sabio, pero hace mucho tiempo que mi naturaleza es “AYUDAR”, busca cual es la tuya y estarás en el camino correcto hacia el Creador.
No intentes cambiar la naturaleza de alguien y recuerda que no siempre alguien por naturaleza ayudará, hay hermanos que por naturaleza provocaran daño. Pero ambos merecen tu respeto y el de todos.
Puedes seguir tus instintos y avasallar como el León
Puedes quedarte sentada a la orilla del camino como el hombre que miraba de lejos y nada hacía.
Pero también puedes ser como el sabio y ayudar, pero ten presente que ese camino es extenso, duro, pero a la vez el más hermoso.
Que el Creador te cubra con su manto y te acompañe en tus sueños.