Santiago de Chile, octubre 2018
Prólogo
Estas breves narraciones que se nos entregan desde el mundo espiritual denominadas relatos de luz, en donde obtendremos enseñanzas de vida, nos permitirá caminar hacia el encuentro con el Creador y a su vez obtener una mirada que nos conectará con nuestros procesos en constante evolución
En cada momento de crisis y a través de cada proceso, vamos aprendiendo de nuestros maestros y también de nuestra propia vida. Siempre nos preguntamos y ¿Para que necesito vivir esto? ¿Cómo puedo saltar esta vallas que la vida me ha puesto en mi camino? Las respuestas están en cada frase que nos presentan estos estos manuscritos.
Encontraremos al niño que salta a la vida con problemas físicos, así como el hombre que no controlaba su ira, hasta el sabio y el león que nos enseña que la naturaleza de cada hombre siempre debe ser ayudar, ayudar y ayudar.
El meollo se encuentra en la conciencia de cada hombre y el estar alerta. Paso a paso iremos avanzando en el camino correcto hacia la evolución que es lo que el Creador pide de nosotros, el romper nuestras propias limitaciones.
Agradezco la posibilidad y oportunidad de leer estos relatos de luz que son una semilla en las almas incesantes de cada hombre en búsqueda de la verdad.
La sabiduría se encuentra en el camino recorrido y no en una meta determinada no obstante, quedar en medio del trayecto no significa no haber evolucionado.
En el recorrido se vislumbran las claves, los símbolos y entre altos y bajos encontraremos la senda imaginaria que nos llevará a la mejor versión de uno mismo, el compartir enseñanzas y experiencias nos hace más grandes.
Siempre con un toque de humor, positivismo y sin perder el componente de realismo y claridad, el maestro espiritual a través del médium t. y j. y con la ayuda, claridad, recopilación y edición de Katherine Stehberg nos envían mensajes con un corazón abierto y amoroso. A pesar de la adversidad que se nos presenta en ciertas etapas de la vida, estos relatos nos ayudarán a entender un poco más de lo que no ven nuestros ojos.
Gracias, gracias. gracias. Tomo estas enseñanzas y las llevó en mi corazón.